ni de pedirte que me dejes el recuerdo de un abrazo,
temes de nuevo que el abrazo lleve al beso,
que ese beso te traicione y no te deje partir.
Te miro ausente como andas repartiendo impunemente
en mío y tuyo los sueños que agonizan en presente
mientras me dices adiós, y tú me dices adiós.
Si acaso un día, pasaras por aquí cerca,
perdóname el desorden de mi mundo,
te encontrarás siempre la puerta abierta
para pedirte el resto de un segundo.
Si tú me dieras lo que te sobra de un beso,
si me regalas lo que dura una mirada,
si me dejaras,
si me dejaras al menos todo eso,
si me dejaras al menos todo eso
podría tenerte a ti, sin tener nada.
Hoy yo me beso y me lamo las heridas que me dejas,
me son queridas quizás porque marcan tu recuerdo,
perdóname, mi amor, si se me olvida
acompañarte lentamente hasta la puerta.
Si acaso un día, pasaras por aquí cerca,
perdóname el desorden de mi mundo,
te encontrarás siempre la puerta abierta
para pedirte el resto de un segundo.
Si tú me dieras lo que te sobra de un beso,
si me regalas lo que dura una mirada,
si me dejaras,
si me dejaras al menos todo eso
podria tenerte a ti, sin tener nada.
No es el momento de cambiar el rumbo de tus pasos
ni de pedirte que me dejes el recuerdo de un abrazo.
Temes de nuevo que el abrazo lleve al beso,
que ese beso te traicione y no te deje partir.