me perdí una noche tras de tu querer,
y junto a tu boca se rindió mi orgullo
bajo las estrellas del amanecer.
Desde aquel entonces yo vivo encerrado
en el laberinto de esta sinrazón
porque tu cerraste con llave y candado
los cuatro postigos, los cuatro postigos
de mi corazón.
Compañera y soberana
con los ojos de tormento
y la boquita de grana.
y eres rosa de los vientos
que cambia por cualquier cosa.
Que digan los jerezanos
una rosa había en Jerez
y se la llevó un gitano,
y se la llevó un gitano.