arribaste a mi puerta
y en mi corazón de estío
encontraste el calor,
te dejé mi costado
de mujer a tu vera
y mientras la noche afuera
disfrazaba el temor.
Que sencillo es quererte,
me decías bajito,
y tu boca me buscaba, amor,
escondites bajo el sol,
y quisiste quedarte,
y quemarte en mi hoguera,
me desesperó la espera, amor,
se hizo hielo la pasión.
Dime si aún me recuerdas
en tus naufragios de sangre y sal,
dime si no te muerde la soledad.
Sucedió que una noche
de alacranes y estrellas
me regalaste tu huella
y con ella el adiós,
me dejaste palabras,
risas, versos y heridas,
y ese sabor en mi vida
que es el sabor del dolor.
Dime si aún me recuerdas
en tus naufragios de sangre y sal,
dime si no te muerde la soledad.
de palomas ya muertas,
apareciste en mi puerta
ya cansado de soñar,
y en mis brazos de hoguera
declinaron tus ojos,
y tu sombra y mi sombra amor,
se adentraron en el mar,
y tu sombra y mi sombra amor
se perdieron en el mar.
