(Cortesía de julietavenegas)
A treinta pisos de altura
Cuando den las diez no volverán a casa,
Como los coches , luz de farola,
Entre la asfixia y la altura
Colombia avanza y el mundo
Niño del dolor que cuelga de los coches
Como los coches , luz de farola,
A muchas horas de casa miro la luz de la ciudad torcida,
la inmensidad del D.F. la multitud que en el smog respira.
A muchas horas de casa otra mirada nos observa y mira,
y la serpiente emplumada quedó atrapada , llora , es luz cautiva.
Niño del dolor haciendo piruetas a cambio de tener migajas o monedas,
niño del dolor que juega a hacerse grande,
ausente del amor, ya es parte de la calle.
Como los coches , luz de farola,
frente a la playa de Copacabana
la calle huele a humedad,
a fruta, sexo , bronceador cachaza.
A treinta pisos de altura
veo la vida que me mira y pasa
bebiendo agua de coco
frente a la playa de Copacabana.
Cuando den las diez no volverán a casa,
se quedaran ahí, no volverán a casa,
cuando den las diez, los niños de la playa
se quedarán ahí, no volverán a casa.
Como los coches , luz de farola,
como los gatos y las baldosas,
como las tiendas y los buzones,
como basura por los rincones,
como los perros, intentando vivir, viviendo.
Entre la asfixia y la altura
veo el temor de la ciudad dormida,
nada se intuye en el aire
de la violencia en la que todo gira.
Colombia avanza y el mundo
no sabe nada y si lo sabe olvida,
y todo sigue girando,
morir al día es parte de la vida.
Niño del dolor que cuelga de los coches
y aspira oscuridad crecida de la noche,
niño del dolor sin nada a que agarrarse
perdido en la ciudad, ya es parte del paisaje.
Como los coches , luz de farola,
como los gatos y las baldosas,
como las tiendas y los buzones,
como basura por los rincones,
como los perros, intentando vivir, viviendo.
A muchas horas de casa miro la luz de la ciudad torcida,
la inmensidad del D.F. la multitud que en el smog respira.
A muchas horas de casa otra mirada nos observa y mira,
y la serpiente emplumada quedó atrapada , llora , es luz cautiva.
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niño del dolor que juega a hacerse grande,
ausente del amor, ya es parte de la calle.
Como los coches , luz de farola,
como los gatos y las baldosas,
como las tiendas y los buzones,
como basura por los rincones,
como los perros, intentando vivir, viviendo.