![]() |
MÁS PRADERA |
Quisiera decir no continuamente
y estoy diciendo sí hora tras hora,
quisiera destruirme de repente,
quisiera revivir en cada aurora.
Me queda el gusto de los tristes besos,
me duele el roce de la amarga espina,
y llevo por el río de los huesos
aquello que comienza y no termina.
Te veo cuando cierro las pestañas,
te llamo sin llamar, con voz de plomo,
te quiero cuando te odio todavía,
te llevo como un grito en las entrañas
y no sé cuándo, ni por qué, ni cómo,
odiándote, te digo: "Vida mía...".
Me queda el gusto de los tristes besos,
me duele el roce de la amarga espina,
y llevo por el río de los huesos
aquello que comienza y no termina.
Te veo cuando cierro las pestañas,
te llamo sin llamar, con voz de plomo,
te quiero cuando te odio todavía,
te llevo como un grito en las entrañas
y no sé cuándo, ni por qué, ni cómo,
odiándote, te digo: "Vida mía... ay, vida mía".
