![]() |
VER LO MEJOR DE POVEDA |
No me dejes solo con esta agonía,
no claves puñales en mi garlochí,
tú no te das cuenta, compañera mía,
que yo sin tus clisos no puedo vivir.
Serrana, no te da pena
de verme penando como un desgraciado,
me abriera por ti las venas
con tal de que sigas para siempre a mi lado.
Vente tú conmigo a vivir en paz,
que me quieres dar,
por treinta dineros no vendas mi bien,
ni cortes del tallo la flor de un "te quiero"
que vale por cien.
Llorando te digo ¡Vámonos los dos
serrana del alma, por el amor de Dios!.
