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MÁS JOAQUINITO |
No conocían el mar
y se les antojó más triste que en la tele,
pájaros de Portugal,
sin dirección, ni alpiste, ni papeles.
Él le dijo - vámonos -.
-¿Dónde? - le respondió llorando ella.
Lejos del altar mayor,
en el velero pobretón de una botella,
despójate del añil redil del alma,
de largo con camisa.
Devuélveme el mes de abril,
se llamaban Abelardo y Eloísa,
arcángeles bastardos de la prisa.
Alumbraron el amanecer muertos de frío,
se arroparon con la sensatez del desvarío,
tuyo y mío, de vuelta al hogar,
qué vacío deja la ansiedad,
qué vergüenza tendrán sus papás.
Sin alas para volar,
prófugos del instituto y de la cama,
pájaros de Portugal,
apenas dos minutos, mala fama.
Luego, la Guardia Civil les decomisó
el sudor y la sonrisa,
las postales de Estoril, sin posada,
sin escudos y sin Visa,
se llamaban Abelardo y Eloísa.
Bucearon contra el Everest y se ahogaron,
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MÁS JOAQUINITO |
de la virgen de la soledad,
¡qué pequeña es la luz de los faros!
Bucearon contra el Everest y se ahogaron,
nadie les enseñó a merecer el amparo
de la virgen de la soledad,
¡qué pequeña es la luz de los faros
de quien sueña con la libertad!