cortesía de Tiritemos


Las diez menos cuarto en el reloj,
la noche abre su puerta en tu cabeza,
en la tele un culebrón, la comida en el salón,
esperando una sonrisa, un "te quiero", una caricia.
Y las llaves tornan gris tu habitación,
entrando con el odio tras sus ojos,
ya no tienes su calor, el alcohol es su sabor
empezando con reproches, los insultos, el desprecio.
Y ahora no tienes nada que decir
ya no sé si soy mujer o soy una mierda,
hundida en la sinrazón, despojada del valor
víctima de su miedo, del fracaso, de sus celos.
Ay, Dolores!
los palos en tu espalda,
la tortura en tu mente...
ay, Dolores!
con el silencio de la sociedad.
Lunes, martes y miércoles... y otra vez,
la vida se te escapa entre tus dedos,
hundida en el qué se yo, destrozada en el sillón
con la cara hinchada por algo más que la tristeza.
Pero ya es la hora de que todo vaya bien,
volar sin alas, sentir que ya eres libre,
soñar con el príncipe azul, gozar de lo que eres tú
rompiendo las cadenas con que la sociedad te atrapa.
Y por fin esta historia ya terminó,
Dolores cambió su nombre por Libertad,
escapando del cabrón, que tu vida destrozó
porque la vida es sólo un cuento
que hay que vivir en el momento.
Ay, Dolores!
los palos en tu espalda,
la tortura en tu mente...
ay, Dolores!
con el silencio de la sociedad.