
Hoy me levanto de una cama extraña,
me siento solo y sin saber qué hacer,
toda mi vida está metida en cajas
y llueven lágrimas sobre el café.
Mi vida no tiene sentido después
de haber salido de tanto tiempo,
por qué motivo seguiré viviendo
si nunca más pienso querer.
Yo tengo el corazón roto,
yo tengo el alma en los pies,
tengo el pasado en una foto
y la rompí para no ver
que tengo el corazón roto,
que tengo el alma en los pies,
que tú serás para otro,
que nada ya puede volver a unirnos.
Y como siempre al despedirnos,
yo sólo espero que te vaya bien,
que no te olvides quién te quiso
y que sea lo que quiera ser.
Que con el paso de los años
los dos podamos comprender
que las vueltas de la vida
no se pueden detener.
Poco a poco se apagaron
las estrellas en el pecho,
las que me han iluminado
tantos años de provecho.
Sin saber cómo ni cuándo,
sin haberlo deseado,
enfermamos de rutina
y nos sentimos encerrados.
A kilómetros de ti, en el sofá,
yo no sé por qué será
que tengo el corazón roto,
que tengo el alma en los pies,
tengo el pasado en una foto
y la rompí para no ver
que tengo el corazón roto,
que tengo el alma en los pies,
que tú serás para otro,
que nada ya puede volver a unirnos.
Y como siempre al despedirnos,
yo sólo espero que te vaya bien,
que no te olvides quién te quiso
y sea lo que quiera ser.
Que con el paso de los años
los dos podamos comprender
que las vueltas de la vida
no se pueden detener.
Lágrimas...
lagrimas sobre el café...
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