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Copla con letra: A la lima y al limón - Concha Piquer




En 1940, Rafael de León y Manuel Quiroga componen “A la lima y al limón”

La vecinita de enfrente, no, no,
no tiene los ojos grandes,
ni tiene el talle de espiga, no, no,
ni son sus labios de sangre.

Nadie se acerca a su reja,
nadie llama a sus cristales,
que sólo el viento de noche
es quien le ronda la calle.

Y los niños cantan
a la rueda, rueda,
esta copla triste
que el viento le lleva.

A la lima y al limón,
tú no tienes quien te quiera.
A la lima y al limón,
te vas a quedar soltera.

¡Qué penita y que dolor!

¡Qué penita y que dolor!

La vecinita de enfrente
soltera se quedó,
solterita se quedó.

¡A la lima y al limón!

La vecinita de enfrente, no, no,
nunca pierde la esperanza
y espera de noche y día, sí, sí,
aquel amor que no pasa.

Se han casado sus amigas,
se han casado sus hermanas
y ella soltera y sin novio
se ha quedado en la ventana.

Y otros niños cantan
a la rueda, rueda,
el mismo estribillo
que el viento se lleva.

A la lima y al limón,
tú no tienes quien te quiera.

A la lima y al limón,
te vas a quedar soltera.

¡Qué penita y que dolor!

¡Qué penita y que dolor!

La vecinita de enfrente
soltera se quedó,
solterita se quedó.

¡A la lima y al limón!

La vecinita de enfrente, sí,sí,
a los treinta se ha casado
con un señor de cincuenta, sí, sí,
que dicen que es magistrado.

Lo luce por los paseos,
lo luce por los teatros
y ella pasea orgullosa
y cogidita de su brazo.

Y con ironía
siempre tararea
el viejo estribillo
de la rueda, rueda.

A la lima y al limón,
que ya tengo quien me quiera.
A la lima y al limón,
que no me quedé soltera.

¡Ya mi pena se acabó!

¡Ya mi pena se acabó!

Un hombre llamó a mi puerta
y le di mi corazón.

Y conmigo se casó.

¡A la lima y al limón!