Compositores: Rafael de León, Manuel Quiroga y Salvador Valverde.
Ojos verdes, verdes
Ojos verdes, verdes
OJOS VERDES
Apoyada en el quicio de la mancebía,
miraba encenderse la noche de mayo.
Pasaban los hombres, y yo sonreía,
hasta que a mi puerta paraste al caballo.
¡Serrana! ¿me das candela?
y ella me dijo: “Gaché.
Ven y tómala en mis labios
y yo fuego te daré”.
Dejaste el caballo y lumbre te di
y fueron dos verdes luceros de mayo
tus ojos para mí.
Ojos verdes,
verdes como la albahaca,
verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes
con brillo de faca
que se han clavadito en mi corazón.
Para mi ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes
como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón.
Vimos desde el cuarto despertar el día,
y sonar el alba en la torre, en la vela,
dejaste mis brazos cuando amanecía,
y en mi boca un gusto de menta y canela.
¡Serrana! para un vestido
yo te quiero regalar.
Yo te dije, estás cumplido
no me tienes que dar nada.
Subiste al caballo, te fuiste de mí,
y nunca otra noche más bella de mayo
he vuelto a vivir.
Ojos verdes,
verdes como la albahaca,
verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón.
Ojos verdes, verdes
que se han clavadito en mi corazón.
Para mi ya no hay soles, luceros ni luna,
no hay más que unos ojos que mi vida son.
Ojos verdes, verdes
como la albahaca.
Verdes como el trigo verde,
y el verde, verde limón.