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Las cuatro y diez - Luis Eduardo Aute


MÁS AUTE

Fue en ese cine, ¿te acuerdas?,
en una mañana al este de Edén,
James Dean tiraba piedras
a una casa blanca, entonces te besé.

Aquélla fue la primera vez,
tus labios parecían de papel
y a la salida en la puerta
nos pidió un triste inspector nuestros carnés.

Luego volví a la academia
para no faltar a clase de francés,
tú me esperaste hora y media
en esta misma mesa, yo me retrasé.

¿Quieres helado de fresa
o prefieres que te pida ya el café?,
cuéntame como te encuentras,
aunque sé que me responderás: muy bien.

MÁS AUTE
Ten, esta foto es muy fea,
el más pequeño acababa de nacer,
oiga, me trae la cuenta,
calla que fui yo quien te invitó a comer.

No te demores, no sea
que no llegues a la hora al almacén,
llámame el día que puedas,
date prisa que ya son las cuatro y diez…


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