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| VER LO MEJOR DE ROBERTO |
Solamente una vez
amé la vida,
solamente una vez
y nada más.
Una vez nada más
en mi huerto
brilló la esperanza,
que alumbre el camino
de mi soledad.
Una vez nada más
se entrega el alma
con la dulce y total
renunciación.
Y cuando ese milagro
hay campanas de fiesta
que cantan en el corazón.
Una vez nada más
se entrega el alma
con la dulce y total
renunciación.
realiza el prodigio de amarse
hay campanas de fiesta
que cantan en el corazón.

