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Chau número tres
Te dejo con tu vida,
tu trabajo, tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza,
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas,
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas,
sin mis inmadureces,
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo,
no creas, nunca creas,
este falso abandono.
Estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas,
en la huella del tacto,
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
Te dejo con tu vida,
tu trabajo, tu gente
con tus puestas de sol
y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza,
te dejo junto al mundo
derrotando imposibles
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote a solas
sin mi pregunta a ciegas,
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas
pobres y malheridas,
sin mis inmadureces,
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas
a pie juntillas todo,
no creas, nunca creas,
este falso abandono.
Estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso
de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano
horizonte sin horas,
en la huella del tacto,
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido
en cuatro o cinco pibes
de esos que vos mirás
y enseguida te siguen.
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Y ojalá pueda estar
de tu sueño en la red
esperando tus ojos
y mirándote.
